martes, 14 de junio de 2011

Chavi Subirá 8047 Metros. Ahora en Pakistán


Bueno, pues la expedición es al Karakorum pakistaní, y quiero intentar ascender al Broad Peak, que con 8047 metros es la duodécima montaña más alta de la tierra, sin el apoyo de sherpas ni el uso de oxígeno suplementario. Está situada en un marco de incomparable belleza, y para muchos es la zona más impresionante de los Himalayas.

Como es la primera vez que voy a este lugar, tengo intención de invertir buena parte de mis esfuerzos, (además de los específicos dirigidos en lograr la cumbre), en realizar un reportaje fotográfico de la montaña y del entorno natural que la rodea (ya sabéis la pasión que siento por este tipo de fotografía). Además de que es mi único apoyo económico, para tratar de costear una pequeñita parte del gran presupuesto que hay que destinar para afrontar un proyecto como éste (a través de los pocos audiovisuales que alguna que otra vez, consigo proyectar, o de los concursos de fotografía en los que en ocasiones tengo suerte).Normalmente, y como algunos ya saben, también suelo combinar la temática de los paisajes de montaña, con una visión más social de la misma, tratando de plasmarla través de la fotografía, las costumbres, cultura, religión o forma de vida de las gentes que viven cerca de estas cumbres, aunque en este caso y debido a las especiales circunstancias por las que atraviesa el país, esta intención se va a ver muy reducida, pues eliminamos tanto a la ida como a la vuelta, la aproximación de varios días en todo terreno por la Karakorum Highway y las escapadas por los mercados de la capital, Islamabad.Me voy unos 43 días. La fecha prevista de salida es el 22 de junio y la vuelta el 6 de agosto, y voy con 3 españoles más (2 navarros y un madrileño), a los que no conocía previamente; vamos, que nuestra unión ha sido casual, aunque una vez allí, creo que vamos a coincidir en el campo base de la montaña con varios alpinistas españoles más, muy conocidos por todos, (supongo que llevarán sus planes).En cualquier caso y como ya os he comentado, como el tema de la fotografía, es para mí un objetivo muy importante, buena parte de mi equipaje está compuesto por el equipo fotográfico (unos 14 kg), que además suelo portear yo siempre conmigo hasta el campo base.Y os preguntareis, ¿qué cojones lleva este tipo hasta allí? Pues os lo cuento: llevo una cámara réflex profesional y cuatro objetivos profesionales. Un 14 fijo 2,8, de enfoque manual para fotografía nocturna (sí... estoy tan loco como para pegarme varias horas de noche y al amanecer hasta una altura de 5800 metros haciendo fotos), un zoom gran angular, un zoom standar y un teleobjetivo que él solo ya pesa 1 kilito y 400 gramillos.

Por otra parte llevo un trípode con rótula tipo Joystick, varios filtros (polarizador, filtro de densidad neutra, un degradado de 4 pasos suave, un inverso de 4 pasos, porta filtros, 5 pilas, y un cable disparador.
También llevo una cámara compacta para su uso en altura, normalmente a partir del campo I, o, dependiendo de las circunstancias de la montaña, desde unos 6000 metros de altitud, con 3 pilas de repuesto, y finalmente para guardar las fotos, además de varias tarjetas de memoria, un ordenador portátil, y, por supuesto, los cargadores de toda esta electrónica. El tema del cargador solar este año está un poco en el aire, pero espero que se pueda solucionar.

Seguro que se me olvida algo..

El truco más importante para hacer este tipo de fotografía, es el mismo que se necesita para subir hasta la cumbre de una montaña de 8000 metros, a saber: una determinación y unas capacidades físicas y sobre todo, mentales y de sufrimiento inagotables. Además de la exigencia que requiere la propia actividad, hay que querer llevar el peso extra del equipo fotográfico, a la vez que estar pendiente del camino que tenemos delante, el que vamos dejando atrás y, por supuesto, de los maravillosos paisajes que ven nuestros ojos. Y debido a las duras condiciones climatológicas en que se suelen hacer este tipo de fotos, hay tener las fuerzas necesarias para querer coger la cámara y tratar de buscar el encuadre más apropiado, en el mínimo tiempo posible, aprovechando de la mejor manera las condiciones de luz que haya en ese momento tan difícil de repetir.

El quid de la cuestión es buscar el equilibrio justo entre las dos actividades, la fotográfica y la deportiva, sin que la una termine acabando con la otra, puesto que cualquier esfuerzo excesivo a partir de cierta altura se paga de forma irreversible. Debido a las bajas temperaturas de una jornada de fotografía nocturna, puedes acabar con facilidad, y por mucho que te protejas, en un resfriado, y éste costarte la cumbre de la montaña.
Si hay alguien interesado en conocer cómo va la evolución de la expe, tal vez se pueda seguir a través de la web: http://www.barrabes.com/home.asp# , o los jueves en el diario de Navarra, puesto que estoy comunicado mediante teléfono satélite, sobre todo para no hacerle tan dura la experiencia a mi querida mujer, a mi peque Marcos y al bebé que esperamos para diciembre.

Fuente: OjoDigital
 

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