jueves, 18 de agosto de 2011

"La fotografía es esperanza para estos jóvenes ugandeses"

Cuando la pasión por la fotografía se junta con la necesidad de no quedarse de brazos cruzados frente a la pobreza, aparecen iniciativas como HYPOHEALS. Los fotógrafos y cooperantes Borja Luque y Luis Arellano, son las cabezas visibles de un proyecto encaminado a llevar la enseñanza de la fotografía a los jóvenes de Uganda, un país donde la escasez de recursos y la falta de estudios son moneda común. La iniciativa, que empieza a dar ahora sus primeros frutos, sobrevive a duras penas bajo la amenazante sombra del fracaso. Por Eduardo Parra.

¿Cómo nació HYPOHEALS?

En 2006 Borja Luque conoció a través de una amiga la existencia de HEALS, un pequeño proyecto que proponía la cultura y el juego como terapia de reinserción de niños soldado y víctimas de la guerra civil ugandesa. Su primera visita a la zona durante las Navidades de ese mismo año preparó las bases de lo que sería el proyecto HYPO [Heals Youth Photography Outreach], que pretendía enriquecer la experiencia de HEALS aportando los conocimientos e infraestructuras necesarias para incluir la fotografía como una disciplina más dentro del amplio abanico de actividades desarrolladas.

Tras un segundo curso, el proyecto cayó en un parón motivado por la falta de ayudas, que obligó a HEALS a cerrar sus puertas. En el verano de 2009, Borja recibe un e-mail mío en el que le ofrezco la donación de un montón de equipos [de fotografía]. Así nos conocimos, y poco después creamos la asociación sin ánimo de lucro HYPOHEALS, organizando viajes para llevar equipos, dando cursos y realizando un documental sobre el proyecto. Tras tres semanas de estancia en Gulu [ciudad del norte de Uganda] durante las Navidades de 2009 y un ritmo de trabajo trepidante nace "Focus on Gulu", una película documental que cuenta la historia y las dificultades del proyecto y presenta a sus protagonistas.

El fotógrafo Borja Luque, cofundador junto a Arellano de este proyecto, en plena lección sobre la profundidad de campo.

¿Qué dificultades aparecieron al principio?

Cuando se llega a África cuesta entender que es otro mundo, que hay otro nivel de compromiso, otro ritmo, otras necesidades y sobre todo otras prioridades vitales. Faltan infraestructuras y medios apropiados y sobran las trabas burocráticas. Los robos y mentiras, los agentes de aduana corruptos y la gente con ganas de abusar o engañar son a menudo la tónica general, pero al final todo eso es secundario cuando uno ve las sonrisas de los participantes. Lo conseguido es enorme y significa esperanza para las vidas de esos jóvenes.

¿Eran dificultades esperadas?

Como fotógrafos y cooperantes con cierta experiencia la verdad es que siempre estás esperando que sea difícil, y este proyecto no ha sido diferente. Al cabo de unos días en el continente te das cuenta de que la vida es extremadamente dura e injusta y debes vivir con ello. No queda otra, así que tiras adelante, aguantas y buscas soluciones y alternativas. Además, siempre ha habido una dosis importante de tesón y mucho esfuerzo tanto por parte del equipo de HYPOHEALS como de los alumnos.

¿En qué situación se encuentra actualmente el proyecto? ¿Y qué hay de su futuro a corto y medio plazo?

Los alumnos participantes en el primer curso han tomado las riendas del proyecto y se han constituido en una asociación local llamada YPO Uganda. Ellos son los que se encargan de gestionar el local y los equipos y generar actividades en constante comunicación con nosotros. No es fácil debido a la carencia de fondos, pero poco a poco se van consolidando.

Además, la película ha llevado el proyecto a otra dimensión y esperamos que esto ayude a concienciar y conseguir fondos. AIPC Pandora, una ONG con sede en Madrid, nos ha incluido en su programa de voluntariado internacional. Gracias a la ayuda de doce voluntarios del mundo audiovisual, esperamos poder articular propuestas para las convocatorias de ayudas a la cooperación del año que viene. También queremos tener una mayor repercusión mediática a través de una exposición y un par de cortometrajes.


¿Cuántos fotógrafos se graduaron en la primera promoción?

Participaron 16 chavales que acabaron el curso sacando fotografías de manera manual y revelando tanto carretes como copias en papel por sí mismos.

¿Qué actitud tuvieron los alumnos en vuestro primer acercamiento?

La actitud fue genial y se creó una atmósfera de gran inspiración y altamente creativa. Además, son agradecidos y lo demuestran con alegría, risas y grandes resultados. Ellos y sus familias han demostrado una gran gratitud y estamos muy contentos con ello.


Más allá de la técnica, ¿su lenguaje visual es diferente al nuestro?

A pesar de estar en el centro de África, tienen una cultura visual similar a la nuestra. También ven televisión, revistas y anuncios modernos, y eso pesa mucho, ya que triste o afortunadamente, según se mire, el consumismo y los bienes de mercado llegan a ellos. Pero por supuesto también hay diferencias, ya que tienen una visión de sí mismos muy alejada del exotismo y el colonialismo habituales en Occidente. Para empezar, tienen acceso a objetos, lugares y situaciones que nosotros no podemos ni intuir.

¿Cuántos han conseguido hacer de la fotografía su vida profesional?

A fecha de hoy solamente dos alumnos han despegado. El resto sigue todavía con su educación secundaria o están demasiado ocupados con las labores familiares como para poder reorientar su actividad.

Estos dos alumnos ya están haciendo pequeños trabajos de retrato, fotografía de prensa para periódicos locales, campañas de algún político de la zona y alguna que otra boda. Además, están a cargo del centro de formación y organizan actividades en la medida de lo posible.

Muchos otros chicos tienen la intención de alcanzar el mismo objetivo, así que de momento siguen formándose. Es algo que les apasiona, pero tampoco pretendemos sacarlos de sus estudios principales. Llegado el momento, decidirán qué camino quieren tomar.


¿Quién imparte las clases?

Los dos alumnos que acabo de mencionar y nosotros mismos, que intentamos visitar Uganda al menos una vez al año. Con el programa de voluntariado internacional esperamos tener una mayor repercusión y que más gente se anime en un futuro próximo. Todo pasa por conseguir los fondos suficientes para financiar los salarios de nuestros responsables en el centro y que así se puedan profesionalizar, ya que tienen un gran potencial.

Revelar carretes no parece algo sencillo en aquellos lugares. ¿Qué tipo de material utilizáis y cómo lo tratáis?

Los apuntes los hemos creado nosotros desde nuestro saber hacer como fotógrafos profesionales. Además, utilizamos rollos de blanco y negro porque son más baratos que los de color y pueden ser revelados fácilmente por los mismos alumnos.


¿Y lo de procesar archivos digitales?

Desgraciadamente, las tecnologías digitales todavía están muy lejos de formar parte del día a día ugandés. Apenas hay cámaras digitales, escáneres y ordenadores.

¿Qué objetivos os planteáis?

La modernización tecnológica es una de nuestras próximas prioridades. Queremos digitalizar la escuela en la medida de nuestras posibilidades, ya que consideramos fundamental minimizar la brecha tecnológica para potenciar el desarrollo del proyecto y sus alumnos.

Además, ahora estamos preparando una exposición que esperamos que sea todo un éxito en los tres lugares en los que está programada de momento. Nos encantaría traernos a unos cuantos alumnos para presentarla en España, pero esto es algo caro y difícil, especialmente en estos momentos de crisis, así que habrá que priorizar.

Y por supuesto, también queremos dar voz a personas y colectivos que han sufrido en silencio durante muchos años para que puedan convertirse en testigos gráficos ante futuras injusticias.


¿Cómo os puede ayudar la gente?

Hay varias formas de hacerlo. Por ejemplo, donar equipos informáticos portátiles, fotográficos y de vídeo, ya sean analógicos o digitales. También pueden hacerse socios por 25 euros anuales o hacer campaña para intentar conseguir apoyos y patrocinadores. Tenemos ya varios socios en España, así que también es posible articular un pase de la película en casas de cultura y asociaciones para atraer socios potenciales.

Para más información, se puede acceder a nuestro blog, y próximamente a una página web que ahora mismo está en construcción. También nos pueden escribir a hypoheals@gmail.com y les ayudaremos a organizar un evento de sensibilización y recogida de equipos o búsqueda de socios.



Fuente: QueSabesDe

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