Saliendo para una noche emocionante, Emma Watson fue vista en el estreno de "Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte II", esta noche (11 de julio) en la ciudad de Nueva York.
La actriz de Hermione Granger lucía absolutamente fabulosa en un vestido de oro Bottega Veneta con tacones Giuseppe Zanotti en el Lincoln Center para la premier de la última película de Harry Potter.
Su co-estrella Emma, Rupert Grint, conversó con la prensa acerca de su gran escena de beso, y que fue mucho menos romántico de lo que en la película se da a entender.
"Fue un asunto delicado, porque tenía que ser creíble. Teníamos que aparentar como que queríamos hacerlo, cuando en realidad de verdad no lo queríamos. Estábamos empapados [en la escena], y eso como que lo hizo un poquito más fácil, creo yo, porque era una especie de esta explosión de adrenalina".
Watson añadió: "El único lado bueno era el hecho de que los dos estábamos en el mismo barco. Los dos estábamos como, 'Oh, Dios mío, no puedo creer que tenemos que hacer esto. Esto fue tan difícil. Realmente torpe. Así que podría consolarme con el hecho de que Rupert se sentía de la misma manera. Los dos estábamos riendo. Parecíamos de 12 años de edad. Éramos como niños riendo, no podíamos mantener la calma".
La actriz de Hermione Granger lucía absolutamente fabulosa en un vestido de oro Bottega Veneta con tacones Giuseppe Zanotti en el Lincoln Center para la premier de la última película de Harry Potter.
Su co-estrella Emma, Rupert Grint, conversó con la prensa acerca de su gran escena de beso, y que fue mucho menos romántico de lo que en la película se da a entender.
"Fue un asunto delicado, porque tenía que ser creíble. Teníamos que aparentar como que queríamos hacerlo, cuando en realidad de verdad no lo queríamos. Estábamos empapados [en la escena], y eso como que lo hizo un poquito más fácil, creo yo, porque era una especie de esta explosión de adrenalina".
Watson añadió: "El único lado bueno era el hecho de que los dos estábamos en el mismo barco. Los dos estábamos como, 'Oh, Dios mío, no puedo creer que tenemos que hacer esto. Esto fue tan difícil. Realmente torpe. Así que podría consolarme con el hecho de que Rupert se sentía de la misma manera. Los dos estábamos riendo. Parecíamos de 12 años de edad. Éramos como niños riendo, no podíamos mantener la calma".
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