Si estás instruyéndote en la fotografía y nunca has deliberado en cómo tomas la cámara, este artículo es para ti. Nunca minimices al efecto que este detalle consigue tener en tu toma, ya que puede ser la oposición entre obtener una foto afinadamente nítida o una movida. Al sostener la cámara en forma ajustada también conseguirás utilizar velocidades de obturación más lentas – ideales para fotografiar con poca luz – sin perder exactitud. Pon en práctica los siguientes consejos, y observa la diferencia en los resultados.
Esgrime tu mano izquierda para dar sustento a la cámara desde abajo. Cuando tu mano derecha pulse el cierre, el cuerpo de la cámara se moverá hacia abajo, pero al tener la otra mano en dicha posición, el movimiento se someterá drásticamente. Esto es fundamentalmente necesario cuando usamos lentes exageradamente pesados, ya que en esos casos la cámara se sesgará levemente hacia adelante si no ubicamos nuestra mano de ese modo.
No retengas la cámara por ambos lados. Cuando precises ajustar el zoom, una de tus manos se moverá para hacerlo, y la otra permanecerá como único sustento de la cámara – y al no estar bien ubicada, la foto saldrá movida. No te explayes al utilizar velocidades de obturación rápidas. Aún en esos casos habrá discrepancias visibles entre los resultados de tomar la cámara correctamente, y los de no hacerlo. Por otro lado, al tener un buen agarre podemos quitar la correa de la cámara con más seguridad, eliminando así la posibilidad de que se interponga en la toma. Aunque obviamente, si estamos en situaciones en las que nuestra cámara corriera riesgos lo mejor será dejarla.
Recuerda que el buen equipamiento permite hacer fotografías de calidad, siempre y cuando sepas cómo usarlo. Al principio puede que te resulte incómodo mantener esta posición, pero eso es algo que a muchos excelentes fotógrafos les ha ocurrido en sus comienzos. El tiempo y la práctica harán que tomar la cámara de ese modo te parezca el modo más natural de hacerlo.
Fuente: FotografiaDiaria
Esgrime tu mano izquierda para dar sustento a la cámara desde abajo. Cuando tu mano derecha pulse el cierre, el cuerpo de la cámara se moverá hacia abajo, pero al tener la otra mano en dicha posición, el movimiento se someterá drásticamente. Esto es fundamentalmente necesario cuando usamos lentes exageradamente pesados, ya que en esos casos la cámara se sesgará levemente hacia adelante si no ubicamos nuestra mano de ese modo.
No retengas la cámara por ambos lados. Cuando precises ajustar el zoom, una de tus manos se moverá para hacerlo, y la otra permanecerá como único sustento de la cámara – y al no estar bien ubicada, la foto saldrá movida. No te explayes al utilizar velocidades de obturación rápidas. Aún en esos casos habrá discrepancias visibles entre los resultados de tomar la cámara correctamente, y los de no hacerlo. Por otro lado, al tener un buen agarre podemos quitar la correa de la cámara con más seguridad, eliminando así la posibilidad de que se interponga en la toma. Aunque obviamente, si estamos en situaciones en las que nuestra cámara corriera riesgos lo mejor será dejarla.
Recuerda que el buen equipamiento permite hacer fotografías de calidad, siempre y cuando sepas cómo usarlo. Al principio puede que te resulte incómodo mantener esta posición, pero eso es algo que a muchos excelentes fotógrafos les ha ocurrido en sus comienzos. El tiempo y la práctica harán que tomar la cámara de ese modo te parezca el modo más natural de hacerlo.
Fuente: FotografiaDiaria
No hay comentarios:
Publicar un comentario